Carta a la poesía


Somos muchos los que vivimos gracias a ti y hacemos de leerte y escribirte, un calidoscopio en las lentillas. Un modo de ver el mundo con más colores que una caja de Plastidecor. Somos muchos los que intentamos explicarte, cuando a ti sólo se te puede entender. Hubo quien dijo que eres un arma cargada de futuro y quien te vio en unas pupilas azules. Pablo Benavente cree que eres una cremallera a las heridas y Benjamín Prado el lugar donde las palabras se encuentran por primera vez.  Yo, desde que beso a diario a un chico con nombre de tormenta, eres el crucigrama que encuentro al final de todos los periódicos que no leo. Te escucho en las conversaciones de metro, en frases que de pronto cualquier señor pronuncia sin darse cuenta, en canciones de Leiva, en marquesinas vestidas con anuncios y en los gestos entre amigos. Eres como un colobrí que se confunde con una mosca. Un insecto pequeño, metido en cualquier parte, que de pronto miras y es un pájaro imparable.

Carta a la poesía como parte de la colaboración con Onda Vasca.

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