Tengo el cerebro hecho puré y no sabría explicar la receta ni los ingredientes. Sólo que la boca me sabe a verdades, que trago saliva sin que se me vaya para otro lado, como una vez se me fue la vida entera. Sólo podría decir que me ha arrollado un tractor y a su paso de todos los maizales han crecido hiedras verdes, que tengo el cuerpo molido por lluvias de 2×1 en la escala de Richter y qué esperanza me dan mis agujetas con lo que me aterran las sequías.
Parece que vienen los malos. Los que quieren quitarnos el derecho a sanar, que sólo aprendan los que vengan de familias cotizadas, que las familias sólo entiendan de formarse con un papa y una mamá, los que a las mujeres nos quieren barriendo y barridas. De esos lodos, estos días botas de agua. Gracias por venir a regar las flores de las trincheras. Por apoyar Imaginautak. Hemos venido para quedarnos.