Ojalá existiera un Messenger con el que mandarle un zumbido a las niñas que fuimos, sólo un «hey, estoy aquí». Una de las cosas bonitas que he podido hacer este año ha sido ser traductora literaria, convertir respuestas de entrevistas en cartas, ayudar como si mis manos fueran dos yogures vacíos y mis bolígrafos una cuerda, a que mujeres increíbles hablen consigo mismas. Se cuenten que lo consiguieron.
La Fundación Talleres de Solidaridad ha publicado un libro con quince historias de emprendedoras de diferentes partes del mundo. Porque sin referentes, no hay ideario común. Igual que en el monte vamos por el camino sin hierba, pensado que a algún sitio irá si se ve ya usado, necesitamos conocer las huellas de las otras. Su camino de barro. Entender a cuántas lleva partes llegamos juntas.
Como siempre, es un orgullo trabajar con otras artistas a las que admiro, como Sara Villa Siempre haces más bonito todo por donde pasas. Y eskerrik asko Maitane y Fundación Talleres de Solidaridad por contar conmigo para este proyecto, por creer en mí y animarme a emprender páginas. Por confiar en mí para dar forma y redactar los recuerdos y futuros de las otras.
La obra se llama «De niñas a leyendas. 15 historias de emprendimiento femenino» y el pasado 5 diciembre lo presentamos en casa, en Imaginautak, en La Perrera.