Para escribirme, me basta lo que se tarda en hacer el arroz. Para escribirte necesitaría mucho más tiempo, quizá dos vidas, para intentar contarte que eres como un zoom que hace todo lo que me gusta más grande. Si la complicidad tuviese unas coordenadas, sería cualquier lugar contigo
Concierto poético en la tetería Nai Lua (Basauri)