Mi libertad contigo


Te quiero tanto que iría a la cárcel

a visitarte con una lima dentro del pan.

Tanto que no preguntaría por qué estás allí,

pues conozco todos tus delitos.

Las pancartas de tus manifestaciones por lo social,

tu soltería como navajazo al amor de película de sobremesa

que nunca quisiste alimentar en la tuya.

Tus cuidados a quienes sufren enfermedades mentales,

tus paliativos a la mía.

Tu rechazo al maquillaje como herramienta

para arreglarse antes de salir,

tu rechazo a tener que arreglarnos

para los que nos rompieron.

Tu feminismo de 8 de marzo, 10 de abril, 25 de junio

y toda fecha en que una de nosotras sea una menos.

Tus Whatsapp  que son libros en edición de bolsillo,

los dramas que no me dejas en visto.

Han pasado diez años desde nuestra primera risa juntas,

que no te extrañe si sé de lo que no confiesas.

Conozco todos tus delitos.

Y el día que te lleven presa,

que se lleven mi libertad contigo.

Hay ciertas cosas para las que una sola vida se queda pequeña. Para leer todas las estanterías de la biblioteca de Bidebarrieta. Para probar todos los oficios que soñé tener de niña. Para quererla.

Igual que a quien le duele la rodilla con el cambio de tiempo, ella siente en sus huesos cuando lloro. Ella cuida de mis huesos. También sabe cuándo me río. Suele pillar en mitad de una de sus frases. Entre el verbo y el predicado. Entre su mano y la mía.

Poema incluido en Roma es inevitable (Akiles Editorial, 2025)

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