Soy esa plataforma digital cuyo logo es un botón de play en rojo. Los teléfonos móviles se venden con mi aplicación descargada y no hay un ser humano que no me visite. Soy como la Torre Eiffel de internet. Y tú eres una de esas, ¿cómo se dice? Ah, sí, youtubers. Y aunque todavía no puedes pagar un alquiler con ello, te ha hecho posible trabajar en la radio, publicar un libro, y más importante, conocer a Bono de U2 y llorar delante suyo como la fan histérica que eres. Seguramente, toda esa gente que ha tenido que aprender lo que era el Wifi porque ha nacido en la época en que las cunas no tenían uno, no sepan quién eres y no valoren tu trabajo. Es normal. Imagínate la primera vez que un recolector le dijo a un cazador que iba a ponerse a sembrar. O sin viajar tan atrás, el primer estudiante de arte dramático. Seguro que los de su alrededor le tomaron por un teatrero sin futuro. Cuando la generación anterior a ti no te comprende, es que estás rompiendo moldes. A no ser que seas Leticia Sabater, que ahí te has pasado. De los avances, nacen nuevas profesiones. De inventar la rueda surgieron taxistas. Era evidente que de un espectro tan inmenso como son las redes sociales y el universo web, iban a crecer múltiples ramas. Y a quien crea que no merece mérito tu labor, le invito a grabarse diez minutos hablando y lograr editar ese vídeo con cortes, imágenes añadidas, efectos de sonido y toda la parafernalia. Hacer, además, que alguien se identifique con tu mensaje, se sienta menos solo, se ría o descubra un grupo musical desconocido.
Señorita Andrea Compton, has hecho del frikismo un modo de vida, y te has abierto hueco en un sector por el que nadie apostaba. Además, he de decir, que se agradece ver a una chica hablando de Netflix con una sudadera y muñecos funko por todas partes. No todo pueden ser tutoriales de cómo maquillarte o vestirte. Aprender a ser diferente puede ser tan útil como saber peinarte para una ocasión especial. Los bichos raros también necesitan referentes en su hábitat. Por ello, te estaré eternamente agradecido.
Con cariño,
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