Lectura de un poema de Pablo Benavente
Qué esperas de mí si apenas me sostengo
si te siento tan cerca que no sé por qué te escribo tan bajo
si sólo tenía una mano
y te llevaste mis mejores cartas.
He estado dando bandazos desde entonces
esperando
pensado cómo hacerlo y, a ser posible, bien.
Apostando más de lo que nunca tuve
aprendiendo
a sentirme cómodo en la derrota.
Y después, como un mazazo en mitad de la balanza, una apología al caos
un puestos a mancharnos las manos, hagámoslo juntos
cabalguemos hacia la extinción con el corazón
como un puño
en la mano
y todos nuestros sueños en la otra.