Quiero que sigas esquivando las sillas que están lejos de la mía
cuando vamos a merendar vino y cenar en cajas de cartón.
Quiero decirte que no eres negociable,
que el karma me debía un bonus como tú desde hace tiempo
y que me escuecen los planes que tenemos por delante.
Quiero darte las gracias por hacer llorar al cuentakilómetros
para encontrar las galletas que me gustan,
y por ver lo que queda de mí cuando me restas las heridas.
Quiero ser sorpresa y que siempre me esperes.
Me preguntas si no es poesía una hoguera y aquí estoy.
Vengo a leerte las chimeneas.
Fragmento del poema «A la salida de todos tus idiomas» de Amaia Barrena